LA ARQUITECTURA NAVAL VASCA EN LABRADOR Y EN EL ESTUARIO DEL SAN LORENZO

De Martes, 19 Mayo, 2015 - 19:00h a Miércoles, 20 Mayo, 2015 - 18:45h

Entrada libre. Traducción simultánea
MUSÉO SAN TELMO
Diario Vasco | NOTICIAS DE GIPUZKOA

LA ARQUITECTURA NAVAL VASCA EN LABRADOR Y EN EL ESTUARIO DEL SAN LORENZO

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CONFERENCIA
AUDITORIUM
2015eko MAIATZAK 19 · 19:00

LA ARQUITECTURA NAVAL VASCA EN LABRADOR
Y EN EL ESTUARIO DEL SAN LORENZO


©Xabi Otero
©Xabi Otero

"Gracias a los vascos y a su historia sumergida en las aguas glaciales del estrecho de Belle-Isle, tuve la ocasión de redescubrir mi país y sus gentes, en un contexto todavía muy preservado y muy cercano al siglo XVI y al de la época de los primeros descubrimientos. Viví día tras día con esos paisajes desnudos, con esas costas de granito pelado que Cartier bautizó tan oportunamente, pero tan injustamente a la vez, como “la tierra que Dios dio a Caín”. Injusta calificación porque esa tierra fue un filón inagotable durante siglos para los pescadores vascos del oro seco, el bacalao, y el oro líquido que las ballenas les proporcionaron, se puede comprender la fascinación que estos sentían por la Terra Nova". Robert Grenier. Del libro "EUSKALDUNEN LABRADOR", Otero Xabi y otros autores, Txoria Errekan 1990.


©Xabi Otero
©Xabi Otero
Robert Grenier acabando de ajustarse el traje especial, con un sistema de agua caliente, que permitía afrontar las gélidas temperaturas del agua del mar a 0ºC.

 

Robert Grenier. Arqueólogo.

Ex Director Unidad de Arqueología Subacuática Parks Canada. Comisión UNESCO 2001. Ottawa. Canadá.

 

A Robert Grenier le marcó profundamente el descubrimiento en 1978 del navío más antiguo hallado en América del Norte, el galeón vasco San Juan hundido en Red Bay, Labrador, en 1565. Nacido en Trois-Rivières en 1937, obtuvo su Licenciatura en Letras y Estudios Antiguos en la Universidad de Laval en 1965. Adquirió su formación en el campo de la arqueología en la excavación y la restauración de la Fortaleza de Louisbourg en Nueva Escocia en 1963. El mismo año, se inicia en el submarinismo, que le conducirá a una larga carrera en la arqueología subacuática, entonces una incipiente disciplina. En 1968, completa su formación de campo en la excavación del naufragio de un barco griego de 2.300 años, en Kyrenia, Chipre. Al año siguiente, en 1969, se une al nuevo equipo de arqueología subacuática de Parques de Canadá como Jefe Adjunto, justo a tiempo para participar en la gran excavación de Restigouche en la "Baie des Chaleurs", en el Machault, navío Vasco hundido en 1760, y el navío Le Chameau.

En 1978, viajó con un pequeño equipo a Red Bay, Labrador y descubrió el San Juan, un ballenero vasco hundido en 1565. Este descubrimiento le valió una notoriedad internacional y ha cambiado por completo el curso de su carrera. Se trataba de una excavación de gran envergadura, una de las mayores del mundo en aquel entonces y la primera en aguas del Ártico a 0º centígrados. Con un total de 17,000 horas de buceo, dirigió las excavaciones durante ocho años en Red Bay, así como la investigación que continuó durante varias décadas en los laboratorios. El informe de 2.000 páginas publicado en 5 volúmenes en 2007, se ha convertido en un referente internacional, haciéndose acreedor de los más altos reconocimientos, incluyendo el prestigioso premio Keith Muckelroy otorgado por el British Heritage. Al final de su carrera 1983-2008, dirigió o co-dirigió seis expediciones árticas en busca de los navíos de John Franklin, el Erebus y el Terror. La imagen del San Juan fue seleccionada por la UNESCO para su logotipo oficial, convirtiéndolo en el símbolo de todos los barcos que son patrimonio en el mundo. En 2013, el sitio Vasco de Red Bay fue inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.

La pasión de Grenier y su lucha constante para la protección y gestión rigurosa del patrimonio cultural subacuático le han valido el respeto y el reconocimiento de sus compañeros que lo eligieron en 1998 para la presidencia del Comité Científico Internacional de ICOMOS / UNESCO, ICUCH. Esta elección es lo que permite a Grenier jugar un papel importante en este debate que condujo a la Convención Internacional de 2001. Robert Grenier, sigue siendo miembro del Comité Científico Internacional, ahora está en retiro después de 40 años de servicio en Parques de Canadá, dedicados a la investigación y protección del patrimonio cultural sumergido.


©Xabi Otero
©Xabi Otero
Parte de la bahía: a la derecha el pontón de la excavación submarina. A su derecha y a lo largo de la isla Saddle, los hornos para fundir la grasa de ballena. Hacia la punta de la isla el lugar de los enterramientos. A la izquierda la ubicación de otro pecio vasco el "ontzi berri".

La superioridad de los Vascos en la construcción naval y su capacidad de innovación sin precedentes. El caso del San Juan de Pasaia, de 1565: el barco con más honores y más célebre en la historia de la arqueología naval en el mundo. El ballenero vasco San Juan, construido en Pasaia, Gipuzkoa, y hundido en Red Bay, Labrador, en 1565, durante su primer viaje, constituye bajo la lupa de la arqueología un laboratorio extraordinario. Este laboratorio nos permite descubrir las capacidades inigualables, y poco conocidas de los Vascos del Renacimiento y de siglos precedentes. Ellos fueron capaces de poner en marcha nuevas actividades como la caza de ballenas, nuevas técnicas en la construcción naval, o en la navegación. Innovaciones como la del timón de popa, la txalupa o el tonelaje, marcaron el mundo marítimo sin que los Vascos recibieran los legítimos reconocimientos. Este texto pretende ser una restitución del papel que han desempeñado y que no ha sido reconocido en tantos aspectos de la actividad marítima, y ​​un intento para explicar el por qué de esta capacidad inédita, y que generalmente se ignora de este pueblo. En el contexto de ATLANTIAR, este texto que se centra en el estudio del San Juan quiere dar luz sobre algunas innovaciones técnicas desarrolladas o mejoradas por los Vascos en el curso de los siglos. Este aspecto de su genio nos permite plantear una reflexión sobre su origen.

Las excavaciones subacuáticas se desarrollaron desde 1978 hasta 1985. Cada verano, durante 3 meses, una docena de submarinistas-arqueólogos excavaron sistemáticamente el sitio del San Juan y exploraron la ensenada de Red Bay en busca de vestigios sumergidos y huesos de ballena que permitieran reconstituir diversos aspectos de la tecnología vasca. Se acumularon 17.000 horas de inmersión a lo largo de 7 años, en aguas que se mantenían en torno a 0ºC. Un sistema de rejillas metálicas de 2x2 metros cubría la excavación y servía como referencia vertical y horizontal para la toma de datos, dibujos, fotografías y filmaciones, de todas las estructuras y objetos hallados. En la superficie, sobre el pontón y en las instalaciones de tierra, un equipo de 20 técnicos y ayudantes colaboraban en el resto de tareas complementarias. Los más importantes eran los conservadores y dibujantes. La preservación de los objetos extraídos del medio acuático comienza en el mismo momento en que estos ven la luz del día debajo del agua, y debe ser asegurada en todas la etapas: la excavación, la extracción del mar, catalogado y traslado al laboratorio en Red Bay para su tratamiento. El buque sigue siendo el objeto más importante, tanto por su volumen, como por la cantidad inagotable de información que proporciona sobre la arquitectura naval.


©Xabi Otero
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Pontón sobre la excavación submarina. En primer término restos de tejas vascas. Al fondo, el centro de Red Bay y en el muelle, el laboratorio de Parks Canada.



©Xabi Otero
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Extracción de una pieza del San Juan al pontón-laboratorio, situado sobre el yacimiento.



©Xabi Otero
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Pecio del ballenero vasco San Juan, hundido en Red Bay, Labrador, en 1565.



©Parks Canada/ifg Xabi Otero
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La ininterrumpida tradición de la arquitectura naval vasca proporcionó herramientas para acometer empresas trascendentales en el desarrollo de este pueblo durante siglos. Un período superior al medio milenio que ha supuesto para los vascos –para su innovación tecnológica y para su identidad– la capacidad de un aporte de conocimiento vital para el occidente europeo.



©Parks Canada / Ifg Xabi Otero
©Xabi Otero
Sección del ballenero con la estiba de los toneles, con aceite de ballena utilizado para iluminar Europa.



©Xabi Otero
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Enterramientos colectivos en Saddle Island, Red Bay. Campaña de excavación de 1983.



©Xabi Otero
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Ballena Franca, Ballena Bizkaina o Ballena Vasca: Eubalaena glacialis.

Entrada libre. Traducción simultánea